Kirtipur es una ciudad medieval encaramada en una colina sobre Patan y Kathmandu con muy buenas vistas sobre el valle y también del Himalaya si el cielo está despejado. Siempre es interesante pasear por su casco antiguo, donde encontraremos una plaza en la que se erige el templo de Bagh Bhairab, con trabajados detalles artísticos y arquitectónicos. Cruzando unas puertas se accede a otra gran plaza donde destaca un antiguo palacio medio abandonado, el templete de Narayan de color blanco y un gran «Pokhari» (pozo). Tal vez podáis degustar los «khajuri», unas pastas fritas de forma romboide muy tradicionales antiguamente. Hace no tantos años era uno de los pocos extras que podían disfrutar los niños, y no tan niños, y hoy en día no es fácil encontrarlas.
Siguiendo la calle hacia el norte se llega a una de las viejas puertas de la villa, que aún conserva los antiguos portalones de madera. Bajando las escaleras y cruzando la pequeña carretera, se llega al monasterio budista de Karma Lekshey Ling, uno de los monasterios budistas de los muchos que acoge el valle, con la particularidad que acoge una comunidad de monjas.
Si aun queréis explorar más, en el lado opuesto, al sureste, se encuentra la vieja estupa de Chilancho.
El Monasterio budista de Karma Lekshey Ling es uno de los monasterios budistas de los muchos que acoge el valle, con la particularidad que acoge una comunidad de monjas. La experiencia de hospedarse en un monasterio budista no tiene porqué ser nada trascendental o mística, es simplemente una buena manera de entrar en contacto en un entorno sencillo con una parte de la realidad de Nepal. Tiene un templo (Gompa) central rodeado de diferentes dependencias y con el edificio de la «guest-house» situado a la derecha del templo. Hay buenas vistas sobre la ciudad de Kathmandu. Las habitaciones son sencillas pero suficientes, con baño privado. La comida es sencilla y plenamente tradicional, es decir que seguramente será Dal-bhat, el plato típico que comen las familias en Nepal día sí y día también: arroz blanco con sopita de lentejas como salsa y verduras (lo que aquí se llama «curry»).
Si no hay variaciones, cada día a las 16h se realiza la «puja» en el templo, el recitado de mantras. No es necesario que os quedéis todo el tiempo, pero sí es una experiencia interesante. Dejaros llevar por el ritmo monótono de las voces y los instrumentos.
Justo delante de la entrada del monasterio, cruzando la carretera, se encuentra una escalinata que os lleva al viejo Kirtipur, que aún conserva aquí las viejas puertas de madera que se cerraban al llegar la noche.
Chobhar es básicamente conocida por las estrechas gargantas del río Baghmati. Dice una de las tradiciones que la diosa Manjushree las cortó con un gran golpe de su espada para drenar el agua del inmenso lago que llenaba todo el valle de Kathmandu.
Más interesante es el cercano templo de Jal Binayak al otro lado de la carretera. Se le considera uno de los templos dedicados a Ganesh más importante del valle y Ganesh mismo es el dios más popular entre los hindúes por su carácter bonachón. Es un templo no muy grande y nada visitado por turistas, pero sí por devotos locales, que vienen a pedir favores a su dios preferido. El bajo-techo está lleno de las clásicas pequeñas tallas sobre madera con «posiciones» explícitas.
Hay que decir que, a pesar del interés del lugar, la ribera del río suele acumular bastante basura.
Pharping, de estilo newar y lugar sagrado para el budismo, es un importante centro de peregrinación que cuenta con un elevado número de monasterios y escuelas budistas que van ganando terreno a las antiguas tradiciones hinduistas.
La cueva Asura, también llamada cueva del Guru Rimpoche (Padmasambhava), es una de las muchas cuevas donde esta importantísima figura del budismo meditó a lo largo de su vida. En ella hay las huellas de su estancia, aunque hay que poner un poco de imaginación. El Guru Rimpoche está considerado el principal difusor del budismo tibetano y responsable de miles de templos, cuevas, milagros, y hechos sorprendentes, imposibles de abrazar en una sola vida, por todo el territorio del budismo tibetano. a lo largo de Tíbet, Nepal, Bhutan e India.
El pequeño templo budista de Shree Vajrayogini. Está dedicado a la diosa del conocimiento y la sabiduría y también es conocida como Ugra Tara o, en tibetano, Dorjé Naljorma, una de las deidades más potentes que representa un Buda femenino. Vajra (dorje) es el símbolo del trueno y el rayo para el budismo. Su veneración es de origen tántrico. Para acceder al templo propiamente dicho, que es bastante pequeño y angosto, hay que subir unas pequeñas escaleras de madera.
Un poco apartado del núcleo de la población encontramos el templo hindú (y también budista) de Shesh Narayan. Como su nombre indica, es un templo narayana, uno de los cuatro que hay en el valle y que están situados de acuerdo a los puntos cardinales. Los templos narayana están dedicados a una de las «representaciones» de Vishnu, la deidad que se asocia con lo masculino, con la creación y la deidad suprema. En su recinto hay varios templos y estanques con peces.
El monasterio de Neydo Tashi Choeling es un gran monasterio de reciente construcción que acoge un par de cientos de monjes. Está centrado en la práctica y la enseñanza de la tradición Neydo Kagyu y cada día se realizan oraciones de diferentes tipos a diferentes horas. El monasterio tiene la mayor estatua del Buda Amitabha de Nepal, flanqueada por estatuas de Avaloketesvara (Buda de la compasión) y Vajrapani (protector y titular de las enseñanzas sagradas).
Cerca de Pharping se encuentra el templo hinduista de Dakshin-Kali, dedicado a la diosa Kali. Kali significa negra, de la muerte y del tiempo. Avatar de Durga y consorte de Xiva, Kali encarna la destrucción necesaria e inevitable para dar paso a la regeneración.
Se puede ir andando desde el centro de Pharping y, después de pasear por una avenida llena de tiendas de ofrendas, se llega al río donde se encuentra el templo i los ghats, ya que también se realizan crematorios funerarios. Pero Dakshin-Kali es conocido sobre todopor la práctica de sacrificios de animales, normalmente gallinas y cabras, por tanto, puede no ser un lugar demasiado agradable. De hecho, hay actualmente un movimiento en Nepal que cuestiona la cantidad de sacrificios animales que se hacen en el país y especialmente en lugares como Dakshin-Kali o Manacamana, y cuyos simpatizantes se suelen concentrar en estos templos para visibilizar sus protestas.
Bungamati es un buen ejemplo de las pequeñas poblaciones que hay alrededor de Kathmandu, y es reconocida por sus trabajos en talla de madera, de los que hay muchos talleres donde ver a sus atareados artesanos trabajando en figuras y relieves, normalmente de temática religiosa, algunos de los cuales son realmente espectaculares.
Desafortunadamente, Bungamati fue una de las villas que sufrió grandes desperfectos durante el terremoto de 2015. Su plaza central, llena de pequeños templos, quedó bastante devastada.
Khokana es una pequeña población rural con algún templo, como la estupa newar de Rudrayani, y otros pequeños templetes coloreados esparcidos por doquier. Rodeada de campos de cultivo, es un buen lugar para observar despreocupadamente las tareas agrícolas de sus habitantes. Hay viejos molinos de aceite, especialmente dedicados a la obtención de aceite de mostaza.