Desde que empezamos con Plan Himalaya, siempre hemos tenido muy claro cuál era el tipo de agencia que queríamos crear. No queríamos crecer mucho, lo justo para ser viables, pero siguiendo controlando el producto y tratando directamente con los clientes.
Nuestra motivación principal es que nos gusta el trabajo que hacemos y, sobre todo, nos gusta dar una parte de nosotros mismos a nuestros clientes. Por lo tanto, nuestra agencia está muy impregnada de nuestra manera de hacer, de pensar, de viajar, de tratar con la gente. Y esto, a parte del trato directo que tenemos contigo como viajero, se traduce sobre todo en el cuidado de los itinerarios y la selección de los guías.
Muchas agencias se limitan a un «copy-paste» compulsivo. Encontrarás el mismo itinerario una y otra vez y, a menudo, los errores o las carencias de actualización se repiten indefinidamente. En parte se entiende, porque crear un itinerario es mucho trabajo. Como cualquier destino turístico, hay lugares que son insoslayables. Si vas a Roma, probablemente irás al Coliseo; a París, a la Torre Eiffel y en Kathmandu, a Bouddha. Estos espacios se han ganado el reconocimiento como destino ineludible por méritos propios, tampoco hay que rehuirlos. Es en el modo en cómo se organiza el viaje o la visita cuando uno pone su parte personal y su trabajo. Por ejemplo, nuestra visita a los lugares más destacados de Kathmandu no es simplemente una acumulación de las visitas en un tiempo récord una tras otra. Hemos tratado de darle un sentido lógico y una aproximación un poco diferente. No es lo mismo visitar Pashupatinath a las 12 del mediodía que hacerlo al amanecer o al atardecer. No es lo mismo poder experimentar el entorno de Swayambhunath y descubrir pequeños lugares con calma que tener que correr para cumplir un horario y visitar sólo la estupa principal.
Pero aún más. ¿Cuál es la ciudad real? ¿Cómo es el país real? Esta es una pregunta y un anhelo de muchos viajeros. La respuesta es sencilla y difícil al mismo tiempo, porque un país, una ciudad, es una amalgama de muchos países en uno, de muchas ciudades en una. De muchas realidades diferentes. Es por ello que las agencias que tratamos nuestros itinerarios poniendo todo nuestro cuidado, buscamos alternativas y opciones que completen una visión de las «realidades» de cada destino. En nuestro caso, a pesar de que nuestras visitas «estándar» ya tienen un carácter «especial», también tenemos visitas alternativas, como pueden ser una ruta diferente por Kathmandu, la posibilidad de conversar con un ex-gurkha en Pokhara, o pequeñas rutas de senderismo accesibles. Naturalmente no somos los únicos. Ved por ejemplo como tratan su producto los amigos de «en Roma», una agencia con rutas muy personales por la ciudad eterna, tratadas con cuidado y donde, por ejemplo, puedes encontrar información de itinerarios de senderismo alrededor de la ciudad, o rutas por «las otras Romas» que te acercarán a una realidad diferente y complementaria, más allá de sus innumerables edificios y monumentos interesantísimos.
Pero toda esa labor de crear itinerarios se perdería si después no encontramos los y las guías que entiendan nuestra filosofía. A fin y al cabo, es el/la guía el que estará en contacto contigo, que eres el viajero, y es nuestra ventana más importante. No es un trabajo fácil. Se trata de encontrar un reflejo de nosotros mismos, aquellos y aquellas guías que les encanta su trabajo, no aquellos para los que no es más que un trabajo más. Aquellos que, además, aportan su propia personalidad en la ruta, que están atentos a los intereses del viajero, que tratan de resolver sus dudas y preguntas. En nuestro caso, es un trabajo bastante intenso y, por suerte, contamos con un grupo de guías que entienden la manera en como queremos expresarnos y que cada viaje sea especial y único porque cada viajero lo es. Como también cada guía es diferente y cada uno de ellos aporta su manera de ser y lo mejor de sí mismo en cada viaje. En esto tampoco somos únicos, en Catalunya hay la agencia de rutas por la montaña «Guies de Montserrat« (no se limitan sólo a Montserrat), una pequeña agencia de guías de montaña que crean sus propios itinerarios, buscando otras maneras de aproximarse -se a la montaña y donde, como decíamos antes, tendrás la opción de descubrir otras realidades.
Pero para todo eso aún falta un factor más, y este factor eres tú, viajero o viajera. Y es que tratar de descubrir otras visiones, de salir del rebaño, de atreverse a nuevas cosas implica un poco de trabajo por tu parte. Implica explorar, cuestionarse y tener, no sólo los ojos, sino también el corazón, abiertos de par en par para absorber todas las realidades
¿Te animas?